Las claves del e-Health para los próximos años

La gestión de la salud que hacen los ciudadanos, los profesionales y las administraciones sanitarias atraviesan en los últimos años un punto de inflexión gracias a la transformación digital. La Organización Mundial de la Salud (OMS) entiende este derecho básico como “un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”. Las aplicaciones que la tecnología digital aporta facilitan que ese concepto se materialice en un abordaje integral de la salud.

En ocasiones, se piensa en la salud digital como un concepto vinculado solo a meros avances tecnológicos (receta electrónica, aplicaciones de móvil, etc.), pero su alcance va mucho más lejos porque supone un cambio de modelo. Silvia Vigara, experta en e-Health en Telefónica Tech, considera que la digitalización a la que asistimos es “un facilitador de la transformación que estamos viviendo: se pasa de una sanidad reactiva a otra proactiva que pone el foco en la predicción y prevención y busca poder anticiparse y minimizar el impacto en la sociedad”.

Ese cambio de enfoque permite vislumbrar el alcance que tendrá la transformación que ha comenzado. Carlos Mateos, vicepresidente de la Asociación de Innovadores en e-Salud (AIES), destaca cómo se está abriendo paso paulatinamente la cultura de la prevención: “La gente es más consciente de la importancia del ejercicio físico y cada vez se utilizan más todo tipo de dispositivos no para curar, sino para prevenir”. Esa tendencia se observa desde hace años, pero se ha agudizado con la pandemia por coronavirus, que ha acelerado la implantación de abordajes innovadores vinculados a e-Health.

La Estrategia de Salud Digital del Sistema Nacional de Salud, elaborada en 2021, reconoce que la covid-19 ha actuado como un acelerador de e-Health. Las crisis, también las sanitarias, entrañan una oportunidad porque obligan a buscar soluciones ante situaciones marcadas por la incertidumbre y el riesgo, y en ocasiones en un tiempo récord. Silvia Vigara destaca el impacto que tuvo la epidemia global en el ámbito clínico. La adaptación que tuvieron que hacer los profesionales facilitó la implantación de nuevas fórmulas de trabajo y de atención. Entre otras, “las soluciones de atención conectada (telesalud y monitoreo remoto), herramientas de analítica avanzada e inteligencia artificial para diagnosticar, monitorizar y tratar pacientes, implantación de sistemas de e-triaje o desarrollo de modelos de simulación para optimizar la planificación en los servicios de urgencia de hospitales”.

Durante la etapa más dura del confinamiento muchos ciudadanos incorporaron a su día a día el uso de tecnología para monitorizar su estado de salud o mejorar sus niveles de actividad. La covid-19, que puso la salud en juego de toda la población en todo el planeta, les ayudó “a ser conscientes de la importancia de un estilo de vida saludable”, apunta la experta en e-Health de Telefónica Tech. Las consecuencias alcanzaron también a la administración sanitaria. “La pandemia puso de manifiesto la importancia crítica de tener un sistema de salud pública sólido respaldado por una infraestructura de datos consistente que permita tomar decisiones basándose en la situación real y las necesidades de la sociedad”, sentencia Vigara.

Beneficios globales gracias a la tecnología

El carácter disruptivo del sector e-Health reside en que reporta beneficios a todos los actores implicados en la gestión de un patrimonio tan trascendental como la salud personal y colectiva. “La combinación de los avances en genómica y en inteligencia artificial está impulsando una medicina más predictiva, preventiva, personalizada y participativa que beneficia a toda la cadena (profesionales, pacientes, investigadores y administraciones)”, señala Silvia Vigara.

Hace dos o tres décadas nadie hubiera pensado que un ordenador pudiera tener algo que ver con la respuesta a una infección vírica. Sin embargo, la aportación del superordenador Summit de IBM fue clave para acelerar la búsqueda de posibles terapias contra la covid-19. En apenas dos días se analizaron 8.000 principios activos, una labor que los especialistas habrían tardado en hacer meses o años, para detectar 77 principios activos con capacidad para impedir que el SARS-CoV-2 transmitiera su material genético a las células huésped. Es un ejemplo del alcance que e-Health tiene ya en la salud pública.

“Las técnicas de big data permiten el almacenamiento y tratamiento de grandes cantidades de datos muy valiosos a todos los niveles: investigación, clínico o de gestión”, asegura Silvia Vigara. Gracias al procesamiento de esos datos que hace la inteligencia artificial (IA), ha cambiado la forma de buscar nuevos fármacos, el análisis de pruebas médicas o el diagnóstico de enfermedades. “La inteligencia artificial hace diagnósticos mucho más certeros que el mejor de los especialistas, por ejemplo, en diagnóstico por imagen. Está ocurriendo en muchas patologías”, apunta Carlos Mateos. Así, un estudio de la Universidad de Heildeberg (Alemania), publicado en Annals of Oncology, demostró, tras analizar 10.000 imágenes de lunares benignos y cancerosos, que un ordenador puede ser más eficiente que los mejores profesionales a la hora de diagnosticar un melanoma. Lo mismo ocurre con la retinopatía diabética. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos ha dado el visto bueno a la comercialización de dispositivos basados en algoritmos de IA que detectan la enfermedad.

Los retos del sector ‘e-Health’

El big data, la IA y otras aplicaciones y tecnologías vinculadas a la salud digital manejan millones de datos. Su fiabilidad se basa en la capacidad de llegar a conclusiones con un margen de error mínimo, pero ese volumen de información tiene un punto crítico para el sector e-Health: la ciberseguridad. Protegerla es un objetivo prioritario, sobre todo, cuando se manejan datos de personas. Hay que garantizar la privacidad y trazabilidad absoluta de la información de cada individuo: “Resulta vital cumplir en todo momento la legislación y normativas vigentes, y asegurar el mantenimiento de los mayores estándares de seguridad, para evitar las fugas de información o la manipulación de los datos por terceros”, apunta Silvia Vigara.

El segundo reto al que se enfrenta la seguridad de la salud digital son las ciberamenazas. “Resultan inevitables”, asegura la especialista de Telefónica Tech, “por lo que es fundamental disponer, además, de un sistema de prevención, detección y respuesta apropiada con el fin de disminuir los ataques, proteger los servicios de salud digitales y así garantizar la ciber-resiliencia del servicio”.

Las ventajas de la salud digital son incuestionables: reduce costes y permite prestar atención a poblaciones que de otra manera tendrían un acceso más difícil a muchos servicios. La salud digital es equitativa, y hace efectivo el acceso universal a la atención sanitaria. Sin embargo, tropieza con un escollo: la brecha digital que todavía existe entre las nuevas generaciones y la población de mayor edad. Para salvarla y avanzar en la inclusión digital, Silvia Vigara considera que hay que trabajar tres aspectos fundamentales. En primer lugar, las habilidades digitales, “es decir, la capacidad para el uso de dispositivos digitales como ordenadores o smartphones”. El segundo aspecto clave es la conectividad, el acceso a internet, y el tercero “la accesibilidad, relacionada con el diseño de servicios que satisfagan las necesidades de todas las personas que puedan utilizarlos, incluidas aquellas que dependen de tecnologías de asistencia para acceder a servicios digitales”.

Atención presencial y en línea

La asamblea de la OMS que abordó el año pasado las implicaciones y posibilidades que ofrece e-Health abogó por mejorar los conocimientos digitales de la población “para crear confianza y apoyo a las soluciones sanitarias digitales y fomentar la aplicación de la tecnología digital en la prestación de servicios de salud cotidianos y el acceso a ellos”. Los expertos y la OMS ven en la salud digital una posibilidad de mejorar la gestión de la salud por parte de todos los protagonistas implicados: cada persona, los profesionales y la administración sanitaria. “Las innovaciones en salud digital son herramientas de mejora en la atención al paciente, que aportan nuevas vías de comunicación, pero que no han de plantearse como un reemplazo del apoyo presencial”, puntualiza Silvia Vigara.

Las soluciones de e-Health disponibles y las que llegarán en el futuro permitirán el despliegue de la medicina preventiva y predictiva, y en la atención sanitaria ya representan ahora una herramienta muy valiosa para los profesionales. Los expertos insisten en esta idea y en el mensaje del papel irreemplazable de las batas blancas. La experta en e-Health de Telefónica Tech explica que estas herramientas están diseñadas para ayudar y no para sustituir a los profesionales sanitarios en la toma de decisiones, “acortando los tiempos y minimizando riesgos al ofrecerle un mayor nivel de información y análisis”. Tampoco supondrán la desaparición de las consultas presenciales. “El diseño de cualquier tipo de solución, ya sea digital o presencial, ha de realizarse con el paciente en el centro, donde las herramientas digitales le aportan un mayor abanico de opciones basadas en sus preferencias y necesidades particulares”.

Cómo garantizar sistemas sanitarios sostenibles

La transformación digital del sector de la salud tiene también una variable económica muy importante, hasta el punto de que algunos expertos la perciben como una tabla de salvación para la sostenibilidad de los sistemas sanitarios gratuitos y universales, como el español. Los recursos que se necesitan para garantizar esa prestación cada vez son mayores por la presión demográfica y el envejecimiento de la población. Las innovaciones que aporta la salud digital hacen más eficiente la gestión de los recursos disponibles. La telemedicina o la digitalización de procesos asistenciales son un buen ejemplo, como también lo es la monitorización remota: “Permite el seguimiento en tiempo real de los pacientes, en el hospital y en su casa, combinando datos de biosensores conectados, aplicaciones de salud y registros de salud personales”, explica Silvia Vigara. El cambio que trae e-Health “ofrece mejor calidad asistencial, facilitando el trabajo de los profesionales con la mayor eficiencia presupuestaria posible”.

Con información de El País.